sábado, 6 de enero de 2007

Desde ahí

Siempre más adentro.

Horadando la piel,
las vísceras, los órganos
y el plexo.

Más adentro.

Donde no tiene acceso la conciencia,
ni la voluntad, ni el pensamiento.

Adentro,
sitio cavado por una sola palabra
cavada por el olvido
       que fue cavado en silencio.

Dentro del borde
       que comulga entre la vida
y la muerte
       surge eso que no cabe
en ningún afuera.

A veces tiemblan
       las tonalidades del alma
que no hemos sabido reconocer.

Adentro:
       como sangre que se bate a duelo
con esa sola palabra.

La palabra que encuentra su huella
       en el eterno romance
del agua y la arena.

Sin prólogo
       nace lo inexplicable

--[por Mariano99]

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