Desde ahí
Siempre más adentro.
Horadando la piel,
las vísceras, los órganos
y el plexo.
Más adentro.
Donde no tiene acceso la conciencia,
ni la voluntad, ni el pensamiento.
Adentro,
sitio cavado por una sola palabra
cavada por el olvido
que fue cavado en silencio.
Dentro del borde
que comulga entre la vida
y la muerte
surge eso que no cabe
en ningún afuera.
A veces tiemblan
las tonalidades del alma
que no hemos sabido reconocer.
Adentro:
como sangre que se bate a duelo
con esa sola palabra.
La palabra que encuentra su huella
en el eterno romance
del agua y la arena.
Sin prólogo
nace lo inexplicable
--[por Mariano99]
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