domingo, 24 de diciembre de 2006

Partida un 24 de diciembre

Me acaba de llamar mi amante.

Por el teléfono escuchaba el sonido opaco,
(en sordina de aceite) de los eslabones entrechocándose.
Los eslabones de la cadena plateada que él siempre lleva al cuello.
Toro Mariposa. Francisco de Goya (1746-1828).





















...

Hace años... hace años.

Nos hemos visto, en octubre, creo.
No somos de dejar marcas
Creemos que no hay patetismo,
nada de correr con las melenas al viento.

...

Somos como hermanos en algún sentido.
Nos conocemos y sabemos cuándo hay
que optar por estar juntos.

...

No hay regalos, no hay flores. Hay prejuicios. Hay contacto.
Aseguramos no estar enamorados. El tiene hijos, yo también.

El fue mi flor, yo fui su caballo.
El tiene espinas en las manos. Yo, me coroné de clavos en los pies.
Ahora él es mi mariposa y yo soy su toro.

...

Eso sí, no importa dónde, con quién,
soy capaz de quitarle esa móvil pelusa de la corbata
con mi lengua.

...

Me acaba de llamar. Dice que quiere verme.
Quiere aclarar un par de puntos. Algo pasó,
y no me lo quiere adelantar así, telefónicamente.

Su esposa no estaba y le entraron en la casa.
Lo sé. Me lo dijo mi marido.

Posiblemente me pida consejo profesional.
O, ¿será el accidente de su mujer?



Mi marido y él se irán juntos el 2 de enero
a pescar a la costa.

Yo quedo en casa. Hay vodka.

...


Lo que en realidad no soporto de él, es esa cadena plateada
como collar de ahorque manchado de baba,
que no queda más remedio, debe utilizarse para perros grandes
que hay que dominar.


Es eso lo que en el fondo nos separa.

Es esa cadena que le regaló su madre.

5 comentarios:

Manux dijo...

Como es costumbre, ¡impecable lo tuyo!

Además, casi siempre que te leo siento que bosquejás una historia solo punteando la estructura, y luego me deja la libertad de completarla como yo quisiera.

Qué suerte que retomaste el vicio. ¡Un abrazo!

Diego dijo...

Un abrazo de corazón Manux.

Javier F. Noya dijo...

Muchacho, si la síntesis es la mayor de las virtudes, como decían los lacónicos, no caben dudas de que tenés una gran virtud, y da mucho placer disfrutarla. En honor a esa virtud, creo que es suficiente elogio.

Daniel Ortiz dijo...

Me gustó, Gulliver, entre prosa y poesía. Me quedo con que es un cuento que parece poesía.
"El fue mi flor, yo fui su caballo.
El tiene espinas en las manos. Yo, me coroné de clavos en los pies.
Ahora él es mi mariposa y yo soy su toro." Me hizo acordar a los "Versos sencillos" de José Martí. Tiene esa música.

Diego dijo...

Traté de poner en primer lugar el DESEO.

Deseo de la pelea (como bien lo saben las enfermeras y los policías) del sexo contra la muerte.

Deseo grabado al ácido en nuestra matriz neural.

Deseo que "en aquellos tiempos" se precipitó sobre nosotros, como pintura indeleble a baldazos cae y penetra la esponja horrible de nuestro cotidiano.